<BODY> José de la Serna: 09.04

29.9.04

El Señor de los Hombres

En la madrugada gris como un humo que se extiende sobre los campos glaucos, extiendo mi enorme humanidad. En mí se encienden las estrellas y también se apagan. En mí la niña de la otra cuadra se asoma para ver a su galán atizando el fuego. En mí derivan los planetas y novan los viejos soles con sus hálitos de luces turquesas. Mi sangre y mi carne púrpuras ocupan el universo, porque soy el pueblo silencioso que prepara su hervor y su estallido para destruir los boques del silencio.

En tanto, un lejano alborear bosteza sobre el mundo.

20.9.04

Ese

Ese es pobre.

Pero pobre de dinero, lo cual es perdonable.
Por eso usa un mail gratuito como el aire que respira
y el agua que le corre entre las patas.
Pero el agua y el aire no ponen cartelitos de propaganda,
porque el Creador no necesita hacerse publicidades,
ya bastante olvidado y manoseado está,
como para encima ocuparse de estas míseras cuestiones.

No es ingeniero, ni lo quiere ser.
No es buenas ondas, ni lo quiere ser.

Es el que se muere cada vez
que se muere un sueño,
el que se muere en cada lágrima de hambre,
el que se muere en cada alma que se vende,
el que se muere en cada corazón que se hace carne.

Es así. Comprendan.
No eligió nacer y tampoco puede elegir como ser.
Es como viene siendo,
así como lo modela la misma vida
que está viviendo.

Si mira su mano, solamente ve su mano,
si busca en su cabeza,
se ve buscando algo para decirse.

Si ejerce su voz,
se reconoce vivo y libre.
Si se queda callado, entonces se inclina
ante el que le ordena
(aún sin palabras)
que se calle.

Ese soy yo.